sábado, 22 de marzo de 2014

Que tu has hecho infinito mi limite


"Si todos los caminos llegan a Roma,¿como se sale de Roma? A veces, pensamos demasiado y sentimos muy poco. Mi abuelo siempre decía, que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella, aunque en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos esta regalando lo único que no recuperara jamas. Y es que la vida son momentos, ¿sabes? Que ahora estoy aquí, y mañana, mañana no lo se. Así que quería decirte que si alguna vez quieres algo, si quieres algo de verdad, ve por ello sin mirar atrás, mirando al miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando el niño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la Luna por tocar una estrella. Así que no se que sera de mi mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo. Que los amigos, son la familia que elegimos, y yo te elijo a ti, te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja, y apuesto fuerte por todos estos años a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos y los amores del pasado. Tus abrazos, así porque si, sin venir a cuento ni tener porque celebrar algo.Y es que en este tiempo me he dado cuenta, de que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas. Que tu has hecho infinito mi limite. Así que te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo. Por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, por ese brillo en los ojos capaz de pelear contra un millón de tsunamis. Así que no, no se donde estaremos dentro de 10 años, ni se como se sale de Roma. No te puedo asegurar nada. Pero te prometo, que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, y por eso, mi Luna va a estar siempre contigo. Porque tu, me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida. Y eso, eso no lo voy a olvidar nunca."

viernes, 7 de marzo de 2014

Por y para siempre Chickens

"Cada año de mi vida he buscado doce perlas. Doce personas que no conociera pero que se me aparecieran y marcaran mi mundo de tal manera que yo virara. Son joyas que el mundo te da y que, aunque pasen los años, aún conservas. El tiempo no les quita nada de su brillo ni de su intensidad. Además de las perlas, a lo largo de tu vida, encontrarás personas que son más que perlas. Son energías especiales que debes encontrar, que se funden con la tuya. Con el tiempo, algunas perlas pasan a ser diamantes. Cada 80 o 90 perlas aparece un diamante, una de esas personas que se hace tan básica y tan importante en tu vida que parece creada únicamente para ti. Y para que puedas encontrarlos, el mundo te deja señales, para que no te confundas. Esas señales pueden ser detalles sumamente sencillos, simplemente algo que os une de forma especial."  - Albert Espinosa

Albert Espinosa. Siempre Albert Espinosa. Creo que no hay nadie que me conozca y no sepa el amor eterno que siento hacia él. Que muchos lo tachan de literatura sencilla, que afirman que solo sabe decir lo que la gente desea oír. Igual es cierto; es más, se que es cierto. Siempre sabe escribir lo que más deseo leer: optimismo y energía. Porque en el mundo hace faltan estas dos cosas. En estos tiempos difíciles la gente se ha vuelto muy escéptica y ha empezado a perder la sonrisa de cada día. Ya no se habla de sentimientos. Ya no se dan tantos besos y abrazos. Ya no se llora de alegría. 
Nos hemos centrado tanto en odiar el mundo que nos hemos olvidado de lo maravilloso que es ver un amanecer nuevo cada día. Del valor de tener 24 horas al día para ser feliz, para desarrollarte como persona y sobretodo de querer, de querer mucho. Pues bien, lo que vosotros tacháis de literatura fácil yo lo veo una hazaña. Encontrar un poco de luz y transmitirla merece ser llamado una hazaña. Así que gracias Espinosa. Gracias por recordarme lo que tengo, gracias por darme la oportunidad de reflexionar de mi suerte al encontrar a mis 8 diamantes.
¿Que quienes son esos 8 diamantes? ¿Aún quedan dudas? Son ellas. Los consejos tras una ruptura, las felicitaciones después de un gran examen. Las risas tras una noche de lluvia buscando donde cenar. Las que se emocionan más que tu cuando afirmas haber encontrado "al chico". Las que convierte cualquier día de copas en una comilona monumental. Las que ven una serie y acaban saturandote de tanto mencionarla. Las que te riñen cuando llevas mucho tiempo sin verlas. En definitiva, mis chickens.
Que ya van muchos años y que cada día lo decimos con más seguridad, que nos espera una vida juntas por vivir: muchos mas desamores, bodas, bautizos y metas por cumplir (incluso ya tenemos en muchos apartados apuestas de como irán las cosas). Ya no hay tantas dudas como cuando nuestros caminos se separaron en las distintas universidades, que el tiempo no ha podido con nosotras. Por fin hemos comprendido que juntas somos mucho más; invencibles, eternas y fuertes.


Somos el consejo de una madre, la disputa con una hermana, la preocupación de un padre, la sobre-protección de un hermano y el amor de un novio. Somos tantas cosas a la vez que parece mentira que no hayan ya escrito un libro de nosotras. Como dicen "no saldremos en los libros de texto pero hemos hecho historia."
Por todo esto: gracias. Gracias por enseñarme cada día el valor de la amistad, por estar siempre cerca cuando os necesito. Por aceptar mis defectos y seguirme queriendo. Por nunca callarme cuando hago mis bromas sin gracia. Por comprenderme como nadie. Por ser vosotras.
Y es eso, eso es lo que creo que es lo mejor. Lo distintas que somos. La disfuncionalidad tiene sentido a vuestro lado. Somos un equipazo, que cuando una cae ahi estan las otras para levantarla. Que cuando estamos de pie decidimos alzar un poco el vuelo. Y para que mentir, a vuestro lado es muy fácil estar en una nube. 
Que no seria mi vida lo mismo sin la energía y fuerza que transmite Blanca, el sentido aventurero de Inés o la dulce bondad de María Laura. Ni sin las ganas de vivir y de reír de Mariana, el inmenso corazón de Laura, la fortaleza y locura de Alexia, la sensibilidad y optimismo de Bárbara y el alma pura de Cristina.
Y así es como habéis conseguido que seáis "Ellas". Si esas de las que siempre hablo como las que más, las que siempre están y estarán. La que todos deberían conocer. Las que completan mi vida. 
Os quiero muchísimo. Y sin vosotras no tendría sentido escribir. Por y para siempre chickens.

        (Dibujo de la más mejor Blanca) 

miércoles, 5 de marzo de 2014

A game show love connection

No voy a darle más rodeos: me encanta echar la culpa a los demás. Me ha costado admitirlo pero es verdad. Aunque invoque a los siete jinetes del Apocalipsis sin previo aviso a una tranquila tarde de verano echare la culpa al otro. ¿Qué se ha asustado? Pues claro, es su culpa. Yo he estado presente hasta la ultima escena, el que se va es él. ¿Qué lo he echado? Bueno, podría haber luchado más por quedarse. ¿Qué nunca le deje participar en la historia? Pues mira, que tuviera más personalidad. Y así siempre. 
Y es que a veces tenemos la necesidad de sentir que si algo acaba mal no es nuestra culpa, como si eso hiciera más fácil el adiós. Lo sabes porque nada más acabarse y hablarlo con tus amigas sueltas el mítico “bueno al menos lo intente”. Al decir eso ya nadie puede reñirte, nadie puede echarte en cara todos tus fallos porque al decir esas cuatro palabras queda anulada cualquier oportunidad de juego. Has ganado. O al menos ha ganado un poco tu orgullo. Lo cual viene a ser un poco lo mismo. 


Recoges toda tu baraja y partes a otra mesa de juego sin mirar atrás. Te quedas expectante inspeccionando el nuevo ambiente y una vez te sientes cómoda vuelves a sacar tus cartas. Sin darte cuenta empiezas las mismas jugadas, los mismos fracasos. Creas tu propio sistema de huidas camufladas y te marchas con los hombros muy en alto pese a saber que en verdad has perdido. 
Lo sabes porque aunque siempre empiezas de una pieza a medida que avanza el juego vas sacando cartas más altas, e incluso algún rey cae antes de tiempo. Ves como tus cartas se van debilitando y empieza a ser más arriesgado jugar. Y ahí, ahí es cuando sacas tus jugadas de siempre. Aprendes a hacerte la tonta pero en el fondo dices “que de aquí no me echan, decido irme yo”. Y en apenas unos minutos consigues recoger tus cosas e irte. 
Porque lo importante no es saber que has perdido sino parecer que has ganado. En eso se resume todo. Igual fue porque cuando eras una amateur solías jugar ciegamente y acabaron arrasando con todas tus fichas pero te niegas a caer otra vez. 
Nos camuflamos en los “quien de verdad quiera algo conmigo luchará” o en los “es mi mejor persona en el peor momento” porque es más fácil. Porque somos más de pluma que de espada. Porque es más cómodo pensar que fue bonito mientras duro que correr el riesgo de volver a caer. 
Pero ya esta bien. Ya esta bien de intentar huir, de ganar en la balanza de poderes. Siéntate en la mesa y déjate de jugadas. Tan simple como eso. Disfruta la partida y comienza a ganar de verdad. Al menos porque tus adversarios se lo merecen. O simplemente porque tú te lo mereces. Porque te mereces vivir un abanico de experiencias y emociones nuevas y sorprendentes. Y porque así el día que tengas que jugar igual es el día que empiezan a arriesgar por ti.


martes, 4 de marzo de 2014

Vamos a matar muriendo

Hoy vamos a recordar el adiós. Vamos a recordar el día que tuvimos que hacer la maleta e irnos del corazón del otro. Por desgracia o por suerte acabe dejándome cosas en el camino. Sin darme cuenta ya no soy la que solía tener cordura. Aquella que media todo a distancias largas no vaya a ser que salga mal. Me olvide contigo ese escudo. Se que te ponía enfermo el no creer en ti y el hacerme la dura. Al final acabe aprendiendo que eso no lleva a nada bueno. El problema es que fue muy al final. Que te has quedado con esa manía que solía tener con desconfiar en los hombres. Siempre decía "no me fío de ti" pero lo cierto es que nunca he confiado tanto en alguien como en ti. Amor ciego lo llaman. Y no me equivoque contigo. Me acabaste enseñando que cada persona es un mundo y que mis problemas del pasado no tenían nada que ver con lo que me encontraría en el futuro. Que ya no soy tan cerrada de mente. Esas eternas discusiones porque me negaba a admitir lo evidente dieron sus frutos. Comprendí que no todo en la vida es A o B y que el orgullo no lleva a ningún sitio. Aunque que te voy a decir yo si aún en nuestro último momento juntos me negué a admitir que te echaría de menos. No lo sabrás nunca pero aprendí que no siempre llevo la razón. Aunque sigo pensando que soy la mejor argumentando ideas. Que te has quedado con la manía que solía tener de mirar tu facebook y ver tu whastapp para no perderme nada de tu vida. Supongo que siempre fui una viciada a las redes sociales como solías decirme. Lo que no sabias es que estaba más viciada aún a ti. Que ya no tengo la manía de ponerte celoso. Que admito que muchas veces me hacia la tonta pero sabía perfectamente que provocaría una pelea. Que le voy a hacer, siempre he sido de las que he querido tensar un poco la cuerda. Que me deje en nuestro pequeño mundo las inseguridades. Que lo sabía y lo sigo sabiendo, que me querías sólo a mi. Pero a veces nos damos cuenta demasiado tarde. Aunque también me enseñaste que no importa cuanto tarde uno en hacer las cosas, siempre cuentan. Espero que este "te quiero" que tanto me costaba confesar todavía cuente. Que he dejado mi nube. Aquella en la que siempre asegurabas que vivía. Donde no llegaba el mal tiempo. Siempre sonriendo y sacándole el lado bueno a las cosas. No se como pero desde que te fuiste siento que llueve en mi cuarto. Aunque se de sobra que me dirías si te dijera esto. Que mis depresiones como mis enfados duran 1 día y que mañana volveré a estar en las nubes de siempre. Como si nada hubiera pasado. Lo que no sabias es que gracias a ti estaba ahí arriba. Ojalá consiga volver a subir por mi misma. Deseo pensar que tu también te olvidaste de muchas cosas en mi. Que esas canciones que solíamos escuchar de Leiva en mi habitación no las vuelvas escuchar con ninguna otra. Que esos eternos abrazos antes de irme a casa porque no estábamos preparados para un "hasta mañana" no caigan en manos de otras. Que la manía que tenías de callarme con un beso cuando sentías que no iba a callar nunca no la hagas con ninguna otra. Era una grosería, pero lo echo de menos. Que no le digas a ninguna otra nada más subir al coche que no quieres escuchar Taylor Swift y acabes conociéndote su discografía entera con temas inéditos incluidos. Que con ninguna otra te tires las madrugadas viendo Inteligencia Artificial o ningún otro programa vergonzoso. Tampoco quiero que esperes la llamada de otra cada 3 horas porque no es capaz de transmitir con la misma emoción todo lo que le pasa. Que no te gusten los golpes de otras. Esos que yo solía darte cuando me corregías o me decías que era neurótica rayada de la vida. Que esas cosas eran sólo nuestras. Igual estoy pidiendo mucho. A un viajero no se le puede reclamar nada, él tiene que seguir su camino. Y tu, tu siempre fuiste de los que tenían el aeropuerto en mente. Igual por eso te quiero. Porque sabía que podrías traerme París sin salir de la cama. Y que gracias. Por todo. Quien sabe igual algún día volvamos a encontrarnos en el mismo anden. Hasta entonces, buen viaje.