lunes, 26 de septiembre de 2016

La huida de espejismos y horas de más

Encontrar a alguien que valga la pena es el trabajo más difícil del mundo.
La gente se pasa el día reclamándome que no paro quieta. Que siempre estoy abarcando mucho. Que no disfruto de la vida. Ilusos.
Para mí disfrutar de la vida es hacer cosas que se que me hacen feliz y que me llenan. Hablo de luchar por mis valores, de formarme como persona, de dar mi pequeño granito de arena en el mundo.
Que si, que los chicos está siendo un tema que dejo de lado pero, ¿y qué? No tengo tiempo que perder. No tengo ganas de malgastar mis horas en cosas que no valgan la pena. Estoy cansada de probar combinaciones múltiples con la esperanza de que el resultado sea distinto. Así no es como va, no al menos como me va.
Voy a seguir metiéndome en mil asociaciones, voluntariados, trabajos y carreras hasta que el cuerpo aguante, porque si. Porque al final del día me siento completa, me siento feliz.
Y porque todas esas cosas que hago sé que no serán un error del que me arrepienta como en la mayoría de los casos me pasa cuando conozco a alguien. 
Así que si, seguiré con mi locura. Seguiré siendo aquella que parece inaccesible. Aquella que nunca saca tiempo para nada. Porque es lo que quiero. No me apetece seguir esta farsa que llaman vida donde hay que sonreír a todos porque la sociedad dictamina que debo estar con nadie. Estaré con alguien cuando quiera estar con alguien. Le dedicare tiempo cuando considere que deba dedicarle tiempo. Querré cambiar cuando considere que tenga que plantearme las cosas de otro modo.
Mientras, sienta y espera lista, porque no, no vas a ser mi prioridad. 

lunes, 5 de septiembre de 2016

El primer día del resto de mi vida

Ya he comprado el billete. Ya lo tengo en mis manos. Ya es completamente oficial: me voy.
Suena fácil, parecía fácil, aún recuerdo cuando pedía delante de mis amigos en el Burguer King una plaza "por las risas". Y aquí estoy.
Yo, que siempre me he tachado de independiente. Aquella que no necesita a nadie ni nadie. Aquella que no retiene en la puerta a nadie quien no quiere estar. Aquella que sale corriendo por una ventana si ve que la están encerrando. Esa persona, ahora es la que está teniendo pánico de salir.
Me he dado cuenta de que jamás he salido realmente de mi zona de confort. He vivido en 3 ciudades a lo largo de mi vida. He tenido 3 veces que reconstruir mi vida desde el principio y he sobrevivido positivamente de ellas. Sin embargo, esta vez es distinto.
Llevo meses deseando escaparme de esta casa de locos. Esta casa donde hay gritos, dramas y mucha injusticia. Donde mi voz nunca se escucha y se me exige que sea una persona que muchas veces no puede ser. Pero al fin y al cabo, mi hogar. Es la primera vez que abandono a ellos, mis padres, mi ohana, para darme cuenta de que es el momento de empezar a entender que el hogar tiene que construirselo y mantenerlo uno mismo, a distancia.
Igual esto debería haberlo saberlo antes. Pero aquí está el problema de mi vida: me han sobreprotegido mucho. No he ido nunca a campamentos porque mis padres temian que fuera a pasármelo mal. No me he ido nunca a perfeccionar mi inglés fuera a una academia perdida por Irlanda o Inglaterra por miedo de parte de mis padres a que no me tratasen bien. Y así, un largo etcétera. He aprendido a conseguir siempre todo lo que quiero, pero desde ellos, desde el lado cómodo. Y ahora me toca vivir sola.
No os confundáis, soy la primera persona que ama desconectar, soy de aquellas que ama encerrarse en su cuarto, en su mundo, sin tecnologías, sin hablar con nadie. De vez en cuando necesito esos periodos de desconexión un poco raros. Y es que me pongo tanta presión con el exterior que a veces me echo de menos y son esos momentos sola los que consiguen volver a reencontrarme, a saber que sigo siendo la de siempre. 
Pero ahora, la de siempre, está planteándose cosas que antes jamás hacia. El cómo se paga una factura, él como y el qué se compra, en qué consiste cocinar o en cómo se pone una lavadora. Esas cosas que tanta gente de mi edad sabe desde hace años y yo desde mi burbuja nunca me molesté en preguntarme.
No me malinterpreteis, va a ser una gran aventura. Tengo muchas ganas. Ha llegado en el momento perfecto de mi vida esta sorpresa. Cuando más necesitaba desconectar, cuando más necesitaba dar un paso hacia delante en mi vida. ¿Qué si tengo miedo? Si, y mucho. Hoy, por primera vez, después de tanto planear mi futuro fuera de mi zona de confort he decidido salir de ella. Y sé que esta es solo el principio de todas las que están por venir. Y si, estoy preparada. Preparada para vivir, para experimentar, para probar un poco de realidad. 
Ha llegado mi momento, y quiero recordármelo a mí misma. A esta chica que tanto miedo tiene a hacer planes a largo plazo. A esta que lleva meses ignorando el hecho de que se va. A esta que hasta hoy no se ha dado cuenta de que "eh, es tu oportunidad, disfruta."