miércoles, 19 de junio de 2013

Tu eres la última pieza


"Él ya sabía que ella era una chica con los labios besados, que era demasiado loca y divertida para él, que se podía derrumbar de un momento a otro pero que en menos de una décima de segundo le daba ese puto venazo de felicidad que le cambiaba el día. Sabía que ella no le tenia miedo a la vida porque había aprendido a reírse de ella. Que si lloraba era porque quería, no porque la hubiesen hecho daño. Sabía que tenía miedo a las alturas porque más de una vez había estado a tres metros sobre el cielo y había acabado por estrellarse contra el suelo, sabía que sus sueños se habían roto mil veces y ella había dedicado las noches frescas de verano en unir los pedazos. Que nada ni nadie consiguió nunca borrarle esa sonrisa jodidamente perfecta de la cara. Sabía que su mundo empezaba en las nubes y acababa en las estrellas. Sabía que era todo lo contrario a él, que ella era como las locuras de los sábados noche y él como las frías tardes de domingo, que ella ni si quiera se preocupaba de su presente y el vivía planeando su futuro y recordando su pasado, él era el sur y ella hacía mucho que había perdido el norte, y aunque lo sabía, allí estaba él, mirándola como un idiota, enamorado de ella hasta las trancas."

Ni contigo, ni sin ti

Hablemos de ese sentimiento de querer y no querer. Eso es lo que me pasa a mi. ¿Qué quiero? Te quiero a ti. Como hace meses. Te quiero más de lo que puedo soportar y lo peor es que estoy acostumbrada. ¿Qué no quiero? Volver contigo. Volver a las mentiras, a la rutina que nos consumía y a llorar cada noche. No quiero volver a repetir que es tener la autoestima baja, el sentirme timada, utilizada y dolida. Este querer y no querer no es fácil. Es horrible. Pero supongo que se puede acostumbrar uno a vivir así. A veces es mejor querer en silencio y a distancia. A veces la mejor relación es la que no se tiene. Querer no significa que no querrás a otro igual, incluso más, que suele ser así. Sino que esa persona siempre estará ahí, como aquella debilidad que paso por tu vida como una estrella fugaz. Aquella por la que prometiste no dedicar más frases y canciones, aquella en la que estas pensando ahora.