martes, 8 de noviembre de 2016

El último incendio

Dicen que creces con los daños y no con los años. Que después de caer en la trampa del amor nunca vuelves a estar de una pieza. Que quien juega con fuego se arriesga a quemarse.
Dicen, dicen y dicen pero hasta que no te toca nunca te lo llegas a creer. Porque antes de las heridas de guerra tú solías decir "esto no me pasará a mi" o "yo jamás lo perdonaría" sin saber que estabas tentando a la suerte. Pero sucede, siempre sucede. ¿Que sería el amor sin dolor? ¿Que sería el dolor sin amor? Supongo que nunca lo sabremos.
Pero el problema no es este. O si, pero no nos damos cuenta. Simplemente avanzamos, volvemos a empezar bajo la promesa "esto no me va a pasar dos veces."
Y así construyes tu torre, tu muro dentro de tus ruinas. Dejas bien claro bajo capas de sarcasmo y frialdad que nada te afecta. Que si esa persona ha venido tendrá que jugar mucho hasta ganar el premio. Sabes que hubo un tiempo donde tú también te habrías lanzado de cabeza al premio grande, pero ya no estás preparado, ya no quieres estar preparado.
Por ello mediante el proceso le pones bombas, le tiras flechas, le haces la zancadilla, esperando a que se rinda, soñando con que siga luchando. Y es que dentro nuestra seguimos siendo esa persona inocente de corazón, con ganas de encontrar a alguien que le quiera tanto como sabe que puedes llegar a querer pero sabiendo que hay mucho miedo. ¿Quién será el valiente que atraviese tu jardín de espinas para adentrarse a tu corazón? ¿Valdrás tanto la pena para alguien?
Y es que ya no confías. No solo en esa persona, sino que en ti tampoco. Si antes te han fallado igual el problema era tuyo, igual es que no vales tanto la pena y que como dicen "aceptas el amor que crees merecer" y que has creido merecer más de lo que realmente existe.
Pero te ves a ti. Y recuerdas que es posible. Existe el amor real. Lo sabes porque tú lo has vivido. ¿Por que no podría haber ahí fuera alguien con tu mismo corazón inocente? ¿Por que hay que partir de la base de que todos quieren hacerte daño?
El problema es que estos dos pensamientos contrarios están continuamente en tu cabeza: el no saber si confiar en tu corazón y en el corazón de los demás o ser racional y saber que probablemente tú corazón sea lo último que quieran de ti.
En un mundo donde todo se mide por likes, por mensajes privados y por follows, quién puede seguir creyendo en el amor. ¿Es amor alguien que te da like a todas tus fotos pero también a todas las demás fotos de las chicas que encuentra por una zona cercana? ¿Es amor aquel que siempre te mira el InstaStory pero que también mira el de 50 chicas más? ¿Es amor aquel que te envía un mensaje privado pero que también se lo envía a otras 50?
He nacido en una época antigua, en la que, la mayor confesión de amor se hacía a la cara y donde la única red social eran las cartas de amor. Ese es mi tiempo, ahí me quiero quedar.
¿Pero como quedarte en un sitio cuando realmente ni siquiera sabes lo que quieres de la vida? ¿Como haces para cuadrar tu cabeza cuando ni siquiera eres capaz de cuadrarte en un texto?
No se lo que quiero. Nunca lo he sabido. Pero si espero que alguien quiera luchar por mi hasta el final y aclararme las dudas. Aquel que diga "esto va a ser difícil pero no me importa, yo por ti, lo hago."
Y así empezar el final de las películas juntos, sin rayadas, sin juegos, sin dudas.