sábado, 19 de abril de 2014

Nos sobran los motivos

Dicen que cuando lo dejas con alguien el tiempo se pone a tu favor y trae los mejores recuerdos. Pero en mi caso no ha sido así. 
Ya no soy capaz de recordar como esperaba tus buenos días, de como quería saltar a besarte nada más verte o como necesitaba tus abrazos cada día. Ya no siento nada al leer nuestras conversaciones ni comprendo como conseguías volverme loca de amor las 24 horas del día. De como cada canción era nuestra canción o lo fuerte que me sentía contigo de la mano.
Sólo recuerdo el dolor. Sólo recuerdo lo mal que lo pase a tu lado. Las lágrimas que derramé, las mentiras y mi ingenuidad. No soy capaz de recordar nada porque ahora veo que nada era real. Que si no era real es como que no existió. Y sin existir, sólo quedo yo, engañada.
Que ya no eres aquel pilar del que dependía tanto, que me he dado cuenta de lo fuerte que soy por mi misma y de que hay que guardar las distancias antes de confiar.
Nunca sabré si detrás de todas las mentiras y engaños me llegaste a querer de verdad, igual fui sólo un capricho. Pero ya no me rayo como antes pensándolo. Ya me di cuenta de que tuve que poner un "me quiero" antes de regalarte hasta mi último suspiro con mis "te quiero" diarios. 
Que si me preguntan que pienso de ti me quedo en blanco. Porque nunca llegue a conocerte realmente. No se que fue verdad o que fue mentira. No se si eras una buena persona malinfluenciada o una mala persona con un gran talento para ser actor. Pero, de verdad, te prometo, no me importa.
Por suerte he aprendido a no guardar rencor, a olvidar. Ya no siento que te tenga manía, o que debiera odiarte. Fuiste una lección más. Igual por ahora la más importante de mi vida. Pero desde luego no la última. Que siempre te prometí que habría un adiós, que no habría vuelta atrás. Y que hasta el día de hoy te lo he demostrado. Que no volverá a pasar. Que este pez ya no muere por tu boca, que esta loca se va con otro loco.