miércoles, 15 de octubre de 2014

Stop the clocks for you and me

Nos echo de menos. A ti. A mi. A nosotros.
Echo de menos las risas interminables. Las locuras diarias. Los enfados desvastadores. Las reconciliaciones irremediables.
Lo corto que eran los días contigo. Lo largas que eran las horas sin ti. Lo irreal que parecía la vida, lo real que eran los sueños. 
Echo de menos saber que eramos el mayor cumulo de contrariedades destinadas a la felicidad. Que viniste y cambiaste mi vida de arriba a abajo. Que gracias a ello encontré la forma que quería vivir, que del revés a tu lado, era mejor que viendo el mundo sola. Y es que de tu mano nada parecía mal. Fuiste el error más fácil que nunca cometeré.
Echo de menos que seamos imposibles. Echo de menos lo probable que eramos. Lo incierto que era nuestro presente, lo claro que se veía el futuro. Porque nosotros íbamos en dirección contraria al mundo, a contracorriente, la única opción lógica. Y es que no nos parecemos a nadie más. Igual esa era nuestra suerte. Igual esa es nuestra desdicha. 
Sea donde sea y cuando sea debes saberlo, que te echo de menos, pero mucho más, nos echo de menos.