miércoles, 6 de enero de 2016

El arte de la vida

No creo en las medias naranjas. Digamos que John Lennon me convenció por completo cuando dijo eso de que nacemos enteros. Yo, de hecho, me considero una persona muy completa. Soy igual con o sin pareja. Tengo las mismas ilusiones, los mismos retos y los mismos miedos. No creo que nadie deba cubrir mis defectos ni me dejo llevar por el significado de que encontrar a otra persona me dará plenitud. Yo de por si soy un pleno. Un 10. Pensar que soy solo la mitad de algo esta muy por debajo de mi ego.
Pero tampoco creo en el amor como complemento. El amor no es un bolso, no debe combinar contigo. Tiene que ser algo más. Porque si fuera algo de lo que puedes prescindir entonces no tendría sentido quererlo amarrar para toda la vida. Ni siquiera querrías a tus zapatos favoritos si te dijeran que a partir de ahora no puedes ponerte otro, entonces, ¿qué pasa con nosotros? 
 En los "eres mio" o "soy tuya" tampoco creo. Por suerte me educaron para saber que gozo de muchos derechos y libertades. Entre ellos la libertad de ser la persona que quiero ser. Y quiero ese derecho. Quiero ser hoy una princesa, mañana una guerrera y pasado lo que me de la gana. Si soy tuya debo pedirte permiso, dependo de ti y eso jamás podría permitírmelo. Me enseñaron a ser independiente, a elegir a alguien con quien vivir pero sabiendo siempre que en el momento en el que no se pudiera más podría marcharme y no pasaría nada. Porque si, porque eso de que las parejas antes luchaban más que ahora es muy bonito pero hay que saber cerrar los libros. Hay que saber cuando algo no da más a basto. Entonces, ¿Qué eres? 
 Puedo recurrir a Forrest y decir que eres un poco de destino y un poco de persona flotando casualmente al lado mía. Puedo creer que eres una ilusión hecha realidad. Lo cierto es que no encuentro una explicación y esto es lo que me llevo a pensar que igual ese es el significado del amor. A lo mejor todo esto se trata simplemente de estar con la persona con la que estas a gusto mientras pasa la vida. A lo mejor la mejor respuesta siga siendo hacerse una pregunta. 
Igual esas parejas que llevan 50 años aun no tienen la solución. Igual esa es la solución. Igual nos toca hablar con palabras mayores y darnos cuenta de que el verdadero rompecabezas de esta vida no era el por qué o el como si no el con quien. Y una vez tengas a ese quien dejar de rayarse. Lo has encontrado, disfruta, que uno a veces se pasa la vida esperando cosas sin darse cuenta de que inevitablemente lo único que pasa es eso, la vida.

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